lunes, 21 de noviembre de 2011

CARTES.- Cultura incoa expediente para la declaración de los Torreones como Bien de Interés Cultural



La Dirección General de Cultura del Gobierno de Cantabria ha incoado expediente para la declaración de los Torreones de Cartes como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento




Así consta en una resolución por la que se incoa dicho expediente para declarar BIC a esta antigua fortaleza medieval que puntualmente tuvo una función militar en conflictos contemporáneos como la guerra de la independencia, las guerras carlistas y la guerra civil.

Al mismo tiempo se delimita el entorno de protección, que abarca toda la superficie de la propia finca donde se ubican los torreones y que se considera el mínimo necesario para la completa comprensión y contemplación del bien, según señala la resolución, que recoge Europa Press.

La antigua fortaleza de Cartes presenta una planta casi cuadrada e intencionadamente fue levantada sobre el Camino Real. Los cuerpos de habitación, de planta rectangular y gruesos muros, se disponen a ambos lados del camino y se unen en sus extremos norte y sur con unas estructuras de arcos apuntados y bóvedas de cañón rebajado de seis metros de fondo.

Los arcos exteriores de ellas se doblan con otros de menor potencia, de manera que, entre ellos, se podían deslizar portones levadizos. De este modo se permite el tránsito por el camino bajo estos dos tramos abovedados y, a su vez, se configura un patio en la parte central del edificio.

Desde el patio se accede a los cuerpos oriental y occidental por unas puertas centradas en sus fachadas, resueltas con arco apuntado, de grandes dovelas, decorado con grueso baquetón y bóveda de descarga en el espesor del muro interior. Sobre cada arco se dispone el campo de un escudo sin labrar protegido con un guardapolvo cuyo desarrollo toma la forma de un arquillo que descansa sobre ménsulas.

En cada uno de los cuatro macizos donde descargan las bóvedas y arcadas de los dos pasos abovedados, se disponen unos pequeños habitáculos cubiertos con bóveda de cañón apuntada. Se accede a cada uno de ellos desde el interior de los torreones, descendiendo y pasando por un pequeño hueco cerrado con arco apuntado.

En estos recintos se abren aspilleras de amplio abocinamiento hacia el interior, conservándose los quicios de piedra para alojar cierres de madera. Desde estos puestos de tiro se protegían los accesos al edificio y el recinto del patio. La misma solución de aspilleras se repite a poca altura del suelo en el resto de los muros del patio y en los muros exteriores, estando algunas de ellas actualmente cegadas.

Hasta los primeros años del siglo XX el edificio mantenía su estructura de dos recintos, paralelos al camino, cerrados con gruesos muros y unidos por los dos pasos abovedados; resolviéndose en el interior de cada uno de ellos dos construcciones domésticas de tres plantas de altura volcadas a un pequeño patio central empedrado.

Las plantas inferiores se destinaban a almacenes y establo y las superiores a vivienda. De la primitiva construcción medieval se conserva toda su estructura muraria hasta la altura de seis metros sobre rasante, donde se dispone una hilada de sillares labrados a modo de bolaguas que recorre todo el perímetro de edificio.

Aun en el siglo XVI se documenta la existencia de un alcaide en la fortaleza, aunque a partir de entonces, sus funciones no eran las militares sino simplemente las de administrador de las propiedades del marqués de Aguilar. Puntualmente los torreones de Cartes tuvieron una función militar en conflictos contemporáneos como la guerra de la independencia, las guerras carlistas y la guerra civil.




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